El calor y la falta de lluvias provocó que se perdiera el 7% del maíz tardío y el 40% está en condición de regular a malo en la zona núcleo y el 60% de la soja de primera está de regular a mala, según relevó el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
El 60% de la soja de primera está en condición de regular a mala
Si bien podría esperarse algún cambio en estos guarismos entre el último trimestre de 2022 y los primeros de 2023 debido a la feroz sequía, se puede observar que la incidencia del fenómeno fue marginal.
Tras una semana intensa de calor las lluvias ocurridas en la región fueron insuficientes para mitigar los efectos negativos de las altas temperaturas: 81.000 ha de maíz tardío ya se perdieron y el 60% de la soja de primera esta de regular a mala, precisaron los expertos de la bolsa.
Los cultivos de la región estuvieron sometidos por más de 50 horas a temperaturas superiores a los 30º entre el martes 7 al lunes 13 de febrero. Las máximas superaron los 38º y el valor extremo lo registró Pozo del Molle, Córdoba, con 40.3º. “El sábado y el domingo fueron los días más críticos para los cultivos con un viento norte que era insoportable, un soplete”, comentaron desde General Villegas.
Tras una semana intensa de calor se esperaban lluvias que alivien los síntomas del estrés termo hídrico padecido. Sin embargo, los acumulados de la última semana (viernes 10 al 16 de febrero) ni por lejos se acercaron a lo requerido para compensar los efectos negativos de la intensa ola de calor y mucho menos para mitigar los altos niveles de déficit acumulado. La mitad de la región sumó entre 10 y 30 mm y la otra mitad hasta 10 mm. Estos registros corresponden a dos sistemas de inestabilidad y lo más grave es que el del domingo era el más esperado: “errar las lluvias del fin de semana fue clave”, advirtieron desde San Gregorio y desde GEA avaluaron que “estas lluvias eran un punto de quiebre para los cultivos. Este combo de sequía y altas temperaturas fue fulminante para muchos lotes que estaban en malas condiciones”.
Como resultado del clima hostil en una semana los lotes de maíz se deterioraron notablemente, se perdieron 81.000 hectáreas y quedaron en carrera 1,08 millón de hectáreas. Los cuadros en condiciones muy buenas cayeron de 55% a 10% del área, buenas está el 50%, regular el 30% y malo el 10%.
También la soja de primera ha sido alcanzada por el brutal impacto de altas temperaturas y falta de agua. La semana pasada, los lotes regulares eran el 30% del área sembrada; después de las temperaturas extremas son el 40%. Los cuadros en malas condiciones cubren el 20% del área. “El panorama es muy preocupante”, subrayaron desde la Bolsa.
En los alrededores de Rosario señalan que las lluvias solo servirán para reducir la caída del rinde, difícilmente puedan recuperar la carga de frutos. Desde Carlos Pellegrini aseguran que los daños se sienten incluso en los planteos agronómicos de punta: “Quienes han hecho las cosas correctamente, con cultivos de cobertura sembrados previos a la soja para el control de malezas, acusan un secado avanzado de plantas y, lamentablemente, esto no tiene vuelta atrás”.
En Arroyo Dulce se puede ver aborto de vainas producto de las altas temperaturas. En Cañada de Gómez todos los cuadros están atravesados por la sequía y las altas temperaturas de la semana pasada con el consecuente efecto sobre el desarrollo. El estado de los cuadros puede ser muy diferente en dos lotes contiguos. En lotes de buena aptitud, con distanciamientos de 35 y 38 cm, donde el cultivo pudo cerrar el entresurco, también habrá problemas de cuajado en los nudos superiores y aborto de chauchas.
Por su parte, desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) también advierten que la ola de calor del fin de la semana pasada generó mermas adicionales en la soja implantada en plena etapa de definición de su rendimiento y aumentó ocho puntos porcentuales hasta 56% la superficie con cultivo en situación de regular a mala.
Además, en los últimos días finalizó la siembra de maíz con 7,1 millones de hectáreas implantadas, lo que significó una caída de 600 mil hectáreas respecto a la campaña anterior.
“Temperaturas por encima al promedio durante los últimos siete días continúan condicionando el rendimiento potencial de los cuadros de soja mientras un 43,5 % del área se encuentra en etapas criticas para la definición de los rendimientos”, indicó la BCBA.
Según un relevamiento realizado por la entidad bursátil, se registraron “muerte de plantas, lotes machoneados y cuadros con síntomas de golpe de calor sobre el centro del área agrícola”.
Esta situación generó un empeoramiento en el estado del cultivo, el cual pasó de 48% en malas condiciones la semana pasada a 56% en la actualidad, mientras que los cuadros normales pasaron de 39% a 35% y los buenos a excelentes cayeron de 13% a 9%.
Al mismo tiempo, se prevé un marcado descenso de la temperatura durante los próximos días que podría afectar a los cuadros sobre el sur de Buenos Aires y La Pampa mientras los cuadros más adelantados se encuentran definiendo rendimientos.
Frente al escenario de clima adverso la caída en las exportaciones de granos y derivados de la presente campaña alcanzaría los u$s 9.975 millones respecto al ciclo pasado como consecuencia del efecto de la sequía, de mantenerse las estimaciones de producción de soja, maíz y girasol actuales, indicó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Con una producción estimada de 38 millones de toneladas de soja, 44,5 millones de maíz y 3,9 millones de girasol, la entidad bursátil proyectó exportaciones por u$s 33.388 millones, cifra 23% menor a la de la campaña anterior.
Asimismo, el aporte a la economía que realizarían estas tres cadenas caería 23% (u$s 12.245 millones) hasta los u$s 40.915 millones y la recaudación tributaria bajaría 19% (u$s 3.314 millones) a u$s 14.332 millones.
Durante la jornada organizada por la entidad en la que se presentaron estas nuevas previsiones, el economista jefe de la BCBA detalló que “los efectos sobre la cadena triguera de la sequía proyecta una caída en la exportación del orden del 55% con relación a la campaña pasada, lo que implica u$s 3.000 millones menos, y una caída de 36% en aporte al producto bruto”.