Un día antes de la Asamblea General de Productores convocada por Federación Agraria Argentina, un grupo de productores se juntó con la precandidata presidencial Patricia Bulrich en la Ruta Provincial 18 y el acceso a Uranga (Cuatro Esquinas) para anticiparle las inquietudes de la provincia de Santa Fe por la extrema sequía, la presión impositiva, la falta de incentivos y el anticipo de un año casi perdido para la productividad agrícola ganadera.
La Mesa de Enlace ya no enamora
En proporción hubo más gente y productores movilizados que las 500 personas que participaron del convite sobre la Ruta 90 y la autopista Rosario - Buenos Aires en cercanías de Villa Constitución.
En conclusión, de a poco los productores agropecuarios comienzan a darse cuenta que están poco representados por sus dirigentes y que los resultados nunca llegan porque el reclamo se produce cuando la situación ya es extrema.
El campo siempre llega tarde porque su dirigencia se quedó en el tiempo, lejos de las formas modernas de comunicación y alejada de todas las redes sociales y comunidades virtuales.
Tal vez, los viejos dirigentes emblemáticos recordados por la resolución 125 también hubiesen fracasado ya que cambiaron las tecnologías, los tiempos y las necesidades globales.
Entre el puñado de chacareros que se llegó a Villa Constitución faltaban muchos que siempre estaban. Y los nuevos y jóvenes se tomaron el atrevimiento de decirles en la cara a cada presidente de las entidades rectoras del campo, que sentían vergüenza al verlos tan tibios, por momentos compinches de la clase política y hasta dispuesto constantemente a las fotos.
Los famosos sparring del gobierno Nacional como una vez se consideró Carlos Achetoni (FAA), el amigo del ministro de Economía como se lo tildó de Jorge Chemes (CRA), el dubitativo de Elbio Laucirica (Coninagro) y el que prometió despertar a los ruralistas adormecidos de Nicolás Pino (SRA).
Nadie quedó exento de calificativos personales, del pase de factura y la catarsis de los participantes mientras el agitador Alfredo De Angelis, padre de la rebelión chacarera contemporánea se paseaba vestido de político ya muy alejado de sus pilchas gauchas.
En medio de tanto alboroto, la reflexión más clara se escuchó en la voz de quién dijo que la comisión de enlace ya no enamora, contando los días que restan hasta que se separen.
Una asamblea que empezó de forma desprolija, marcando las internas no saldadas entre los dirigentes agropecuarios y sus entidades.
Solo tuvo una propuesta concreta que fijó una fecha límite para que algunos temas se resuelvan y no se sigan postergando indefinidamente.
Habrá que ver que pasa después el lunes 13 de marzo y si es real una reacción de más productores si no llegan las medidas.
Para muchos el discurso sigue estando liderado por la Federación Agraria Argentina, en un marco donde el resto de los participantes no tienen mucha empatía con las otras 3 entidades.
En este contexto, los pequeños y medianos productores se fueron endeudados, bajo la presión de los bancos, complicados financieramente y comprometidos con sus cooperativas en la campaña actual y hacia adelante.
Falto ese tacto en los dirigentes; sobre la asistencia para que el panorama no se complique más. Algo bastante difícil mientras siga prevaleciendo la ausencia de dirigentes que convenzan.