En el marco del Congreso Aapresid, se pudo conocer la experiencia de un referente brasileño en el uso de productos biológicos en cultivos extensivos del país vecino. El ingeniero agrónomo y Mg en Producción Vegetal, Luiz Gustavo Floss, referente del Grupo Floss, mostró la creciente adopción del uso de biológicos durante las últimas dos décadas en la producción de soja, con su consecuente aumento de rendimiento, que pasó de 2.800 a 10.000 kilos por hectárea.
Los productores brasileños se ponen la camiseta de los bioinsumos
Según datos más recientes, alrededor del 5% del área cultivable del sur de Brasil y un 10% en la zona de Mato Grosso se ha volcado al uso de ese tipo de productos, especialmente Azospirillum, y de acuerdo a resultados que realizaron en forma conjunta con la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa, como el Inta en Argentina) tienen registrados incrementos de entre 60 y 180 kilos por hectárea.
Floss aclaró que algunas regiones de Brasil suelen tener hasta tres cultivos por año. Describió el ciclo iniciando con soja sembrada en septiembre y cosechada a fin de diciembre o enero; y en los meses siguientes, se continúa con maíz y frijol (poroto). En todos los casos se usan variedades tempranas y se optimiza el desarrollo de la raíz con el uso de Azospirillum y también se adoptó Bradyrhizobium. “Vemos crecimiento año tras año”, resaltó.
Ver para creer
Refiriéndose a la conducta de los productores sostuvo que “necesitan ver para creer. A los microorganismos no los ven, pero sí ven los resultados y por eso crece el uso de productos biológicos”. Así como con la siembra directa hubo un proceso cultural hacia el productor, “para estos productos debemos mostrar investigación, y cómo mejoran la productividad, la nutrición y la sanidad de los cultivos. Cuando el productor comprueba que a mediano plazo tiene todas esas mejoras, aumenta el uso de los biológicos”, citó Floss.
El aumento de la productividad está relacionado con el suelo, la genética de los cultivares y el manejo, particularmente darle a la planta la densidad necesaria para que tenga más luces y pueda tener una óptima fotosíntesis (no menos de 60 centímetros entre planta es la regla que ellos observan).
Los productos biológicos -se usan bioestimulantes- completan el ciclo aportando más productividad y reduciendo los riesgos de enfermedades y plagas. Cuando se busca el equilibrio biológico del suelo -un desafío por el régimen de lluvias que tienen-, usan Trichoderma y Bacillus.
“Para favorecer el equilibrio del suelo, además del uso de microorganismos benéficos, hay que hacer rotación de cultivos. La agricultura actual necesita conocer más a fondo sobre muchos de estos microorganismos para convertirlos en tecnologías eficientes para el manejo de soja”, apuntó.
Sobre el final de la exposición aseveró que “en el futuro la base de la producción será con productos biológicos. Y no es que esté en contra del uso de químicos, pero deben ser para complementar lo biológico y no a la inversa. Para el equilibrio del suelo se necesita lo biológico, es prioridad”.
“Hoy en Brasil hay un incremento de hasta un 25% de uso de productos biológicos y será de un 40% en los próximos años, porque los productores pueden comprobar los resultados. Aunque es clave hablar de largo plazo, algo a lo que el productor brasileño no está acostumbrado. Pero las nuevas generaciones ayudarán a avanzar con estos cambios", consideró Floss.
Actualmente en los laboratorios del Grupo Floss están trabajando con dos equipos de microbiólogos en ensayos para hacer mezclas de productos biológicos con químicos y minerales para usar en tratamiento de semillas y aplicaciones en suelo. “Pero sin dudas que en el uso de los biológicos está la base del futuro de la producción de soja en Brasil”, concluyó Luiz Gustavo Floss.