Uno de los objetivos de la Cámara Argentina de Procesadores e Industrializadores Avícolas (Capia), es lograr mantener la proyección del consumo de huevos por encima de una posible mejora de la economía del país y el poder adquisitivo de los argentinos.
"Trabajamos para demostrar que el huevo es un alimento accesible"
Desde la cámara avícola advierten que por la crisis económica se duplicó el consumo de huevos. Estiman que se sostendrá por un largo tiempo
La tarea no es fácil, ya que las últimas encuestas siguen mostrando que si se pudiera optar. la elección sería en primer lugar el asado (carne vacuna), luego un plato con porciones de pollo o cerdo y en último tercer lugar se sigue ubicando un omelette con huevos.
Esta semana, Capia mostró un informe que ubica a nuestro país como el segundo del planeta con mayor cantidad de consumo de huevos, por habitante, por año. Es decir, alcanzó las 336 unidades y se ubica detrás de México que lidera en el mundo con 367. Detrás están Colombia con 324, Uruguay con 290 y en quinto lugar Guatemala con 281 unidades.
Este traspaso de un alimento ingrediente a plato principal ha permitido que –a través del desayuno- la ingesta esté más presente y de manera cotidiana. “Nosotros trabajamos para demostrar que se trata de un alimento accesible y versátil, ya que se puede comer frito, en una ensalada, duro y bajo miles de formas. Estamos hablando de un producto que es pura proteína y tienen todas la vitaminas (menos la C) a un precio que no supera los 5000 pesos el maple (30 unidades)”, dijo Javier Prida, resaltando que -por cada unidad- solo se tira la cáscara que no es más de 3 gramos, cuando en otros productos el desperdicio es muy elevado.
También resaltó que el 97 % de un huevo es todo consumible y lo transforma en uno de los pocos productos que no tiene pérdidas. Capia está celebrando los procesos deficiencia que acompañan a la industria avícola, ya que en los últimos 15 años la tecnificación ha sido destacable.
“Crecimos productivamente, hoy estamos sacando cerca de 320 huevos por periodo productivo en cada gallina, cuando antes teníamos registros de 260 unidades. Somos eficientes, brindamos mejores condiciones en nuestros parques de producción, y a las aves le damos más tranquilidad para una mayor calidad y mejor tamaño; con un menor consumo de alimentos”.
La ecuación hace suponer que el huevo argentino es el producto con menor huella de agua y carbono del planeta, por encima de cualquier otra producción agropecuaria.
La producción en Argentina
Por ahora, Argentina se pone a la vanguardia y crece en su capacidad instalada. Se estima que cerrará el año con un stock de 56 millones de gallinas, superando los registros del 2023, cuando se alcanzaron las 53,1 millones de ponedoras.
“Con todo esto solo podemos apostar el mercado interno, ya que no somos competitivos hacia el exterior por encontrarnos en una zona geográfica difícil, con un costo de flete elevadísimo en comparación con Brasil, Irán y Turquía. Además, muchos de estos países tienen una matriz impositiva que los favorece porque no pagan IVA y a priori, la mano de obra en algunas zonas del Mercosur cuesta menos de la mitad (en dólares) que en Argentina”, subrayó Javier Prida reconociendo que los mercados internacionales nunca fueron una gran opción para los huevos argentinos. “Solo una vez exportamos el 6% de la producción nacional y luego nos hemos mantenido estables en un 2 ó 3 %”.
Por ahora, la búsqueda se ha enfocado en alcanzar un consumo de 400 huevos per cápita en el año 2030. “Depende de seguir consolidando el producto. En muchas provincias, ya estamos por encima de la elección lácteos o leche, por parte de los consumidores”, señaló.
“Lo importante es que el alimento llene y genere una buena nutrición. Estamos contándole a la gente para que sirve el huevo, como comerlo, la forma de conservarlo. El objetivo es poner en la mesa un producto versátil, económico y saludable”, dijo Prida.
El dato, se complementa con una reciente investigación de científicos tailandeses, publicado en la revista suiza Nutrients, que mostró la forma de atenuar la desnutrición proteico energética infantil. La experiencia que se desarrolló sobre 300 niños de 8 a 14 años durante 8 meses (35 semanas), mostró niveles de crecimiento de pesos (4,4 kilogramos) y talla (6,9 centímetros) en aquellos que comieron 10 huevos por semana, frente al resto que mantuvo una ingesta diferente o de subsistencia.
Desde hace tiempo, en el sudeste asiático, el consumo de huevos se viene asociando con un mejor crecimiento y altura de los niños. La calificación llama la atención y avanza ya que -de a poco- la observación está siendo monitoreada por otras regiones y naciones del mundo.