La historia resulta una gran aliada a la hora de tomar decisiones pero siempre hay que contextualizarla para que la comparación sea aplicable. Al repasar los niveles de precios de la soja en Chicago, hoy nos encontramos en valores máximos desde junio de 2014. Los motivos son conocidos por todos: fuerte demanda China, stocks estadounidenses en niveles mínimos luego de seis recortes consecutivos por parte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y la frutilla del postre, el fenómeno de La Niña no tan bonita en Sudamérica.
Soja: ¿seguimos de fiesta o bajamos el volumen?
Si observamos el gráfico de Reuters, expuesto arriba, y ponemos foco en aquellas campañas en las que los precios estuvieron por encima de los valores actuales, nos podríamos preguntar qué ocurrió en tales oportunidades. Para eso, resulta interesante revisar algunos datos del USDA sobre oferta y demanda mundial de oleaginosas:
Entre la campaña 2011 al 2014, se observa una caída en los niveles de stocks sumado a incrementos de la demanda. En aquella oportunidad, el país asiático también fue el detonante. La historia también se repite en cuanto a problemas logísticos y climáticos en Sudamérica.
¿Cuánto de todo esto está descontado en el precio? Si comparamos el precio en Chicago con el inverso de stock/consumo, lo situamos un 15% por encima del promedio de este indicador en los últimos 10 años, lo que nos indicaría que gran parte de la relación de oferta y demanda estaría descontada en el precio.
El ratio por sí solo no nos termina de completar el escenario y tenemos que proyectar las variables que podrían modificarlo. Y aquí se abren algunos interrogantes que podrían llegar a definir la continuidad o fin de la tendencia:
- cuánto del stock del resto de los países productores estará disponible,
- cómo continuarán los conflictos logísticos en Brasil,
- cómo serán finalmente los rindes en esta región luego de las precipitaciones de fines de enero y principios de febrero,
- cuánto seguirá comprando China para la recomposición de inventarios y si se pueden profundizar los temores en torno a una gripe,
- y la gran incógnita, cuál será la performance de la cosecha nueva en Estados Unidos luego del incremento de acres sembrados tanto de soja como con maíz.
Aún con incógnitas que podrían profundizar la suba, un ratio que nos indica que gran parte de la situación actual está reflejada en precio y que las variables a definirse seguramente van a generar gran volatilidad en el mercado, nos marcan -al menos en Chicago- niveles de precios por demás de atractivos.
¿Qué pasa a nivel local?
Mercado prácticamente plano a lo largo de toda su curva (es decir, con las posiciones cercanas a precios similares que las lejanas) vs. Chicago invertido (posiciones cercanas más caras que lejanas), generando un diferencial entre el mercado local y Chicago para la posición noviembre que teniendo en cuenta valores FOB muestran todavía al mercado local relativamente caro en relación a Chicago.
Por otro lado, la fijación de precios por parte de los productores actualmente es baja y en algún momento comenzará a acelerarse. Si a esto le sumamos el temor latente a un incremento en retenciones y consideramos que, a estos niveles, los márgenes de la producción sojera cierran en verde, nos sitúa en un escenario que invita a reducir la exposición de riesgo.
Algunas alternativas
Existiendo todavía dudas en torno a una corrección definitiva, las estrategias más atractivas son aquellas que permiten cubrir sin dejar de acompañar subas. Por otro lado, consideramos que las primas todavía están caras y que el recorrido que puede quedarles no es significativo. Por lo tanto, resultan oportunas aquellas estrategias que le ponen piso para cubrirse ante caídas y techo para reducir el costo de la estrategia. Esto se logra comprando opciones de venta y simultáneamente vendiendo opciones de compra a un valor mayor. Por ejemplo, hoy tendría un costo de USD 4/tn neto y fijaría un piso de USD 322/tn con un techo en USD 342/tn para la posición mayo.
Otra alternativa es aprovechar la situación relativa de la posición noviembre. En este caso con menor liquidez en opciones de venta, una posibilidad es vender futuros construyendo una posición paulatina en función de los movimientos que vaya impactando en el mercado.
Realizar una estrategia de comercialización consciente permite otorgar previsibilidad al negocio. Recordemos que no prever una fijación sistemática, siempre en función de fundamentals, tasas y rendimientos objetivos, nos expone a grandes volatilidades. En este sentido, nos puede salir bien o nos puede salir mal. Pero esta adrenalina, tal vez es mejor dejarla para una noche de casino.
Autores:
(*) María Belén Collatti, magister Bursátil y Financiero, y directora de la consultora Big River.
(**) Mauro Cognetta, magister en Finanzas, contador público y asesor financiero idóneo de Big River.