Más incógnitas que certezas. Así se presenta la campaña de trigo 2022/23. Con la fecha de inicio de siembra acercándose, del lado de la producción el clima y los costos de los insumos generan incertidumbre sobre el área a implantar. Sin embargo, del lado comercial se registra un récord de ventas externas e internas que mueve el escenario.
Trigo 2022/23: una campaña para pensar
Por Patricia Martino
Los analistas de la Bolsa de Comercio de Rosario Tomás Rodríguez Zurro, Desiré Sigaudo y Emilce Terré indicaron en un informe que el trigo 2022/23 presenta dos panoramas diametralmente opuestos en el plano productivo y en el plano comercial. Por el lado de la producción, hay diversos factores que dejan más incógnitas que certezas respecto de lo que ocurrirá con el cereal en la nueva campaña.
El primero de ellos es el agua. Si bien las lluvias de marzo dejaron valores muy cercanos a la media histórica en la zona núcleo, la falta de precipitaciones del verano deja como saldo un bajo nivel de napas en gran parte del territorio productivo nacional. No obstante, se nota que la faltante se agrava hacia el oeste, en territorio cordobés. En la provincia mediterránea, el comienzo del otoño deja una deuda considerable de agua que pone en duda la disponibilidad hídrica para sembrar el trigo nuevo, indicaron.
“Además, a esto se le suma el hecho de que la probabilidad de que se extienda el evento Niña hacia los próximos meses y se de uno de los peores escenarios posibles, una tercera Niña consecutiva comienza a tomar más impulso”, apuntaron.
De acuerdo a los datos del IRI Columbia para marzo, la probabilidad de que ocurra una Niña en el trimestre mayo-junio-julio es del 65%, cuando en febrero preveía un 42% para ese trimestre y un 56% para un escenario neutral, se destaca en el informe “Trigo 2022/23: entre la incertidumbre productiva y la certeza comercial”.
De hecho, la probabilidad de ocurrencia de un nuevo evento Niña hacia el próximo verano creció considerablemente en el último mes con relación al mes anterior y superó la probabilidad de un escenario neutral para todos los trimestres del año. “De esta manera, el escenario de un nuevo año con escasez de agua pone serias dudas a lo que pueda ocurrir con las siembras del cereal de invierno”, resaltaron Rodríguez Zurro, Sigaudo y Terré.
La rentabilidad
El segundo de los factores que deja incertidumbre en cuanto a la producción viene de la rentabilidad para el productor. Si bien los precios del trigo se dispararon con el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania, los costos de los insumos han crecido en una mayor magnitud, erosionando así la rentabilidad de producir el cereal.
“Hoy por hoy, el margen neto para el productor en campo propio es muy inferior al del maíz o soja de primera. Incluso la combinación trigo/soja 2º pierde vs. el maíz y está prácticamente empatado con la soja 1º. Esto empeora cuando observamos el margen neto del trigo en campo alquilado, que directamente presenta resultados negativos; y la combinación trigo/soja 2º queda muy por debajo del maíz”, especificaron.
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Esta situación se debe, principalmente, a los mayores costos de los fertilizantes. La urea, por ejemplo, pasó de u$s 550 /t a u$s1.442 /t entre abril del año pasado y los primeros días de abril de este año. De esta manera, a pesar de que los precios del cereal se incrementaron considerablemente en el último mes, la relación precio de la urea con el precio del trigo se incrementó un 47% respecto del mes anterior y alcanzó un máximo desde al menos los últimos 14 meses.
Un comentario adicional respecto de este tema viene de lo que pueda ocurrir con los márgenes en caso de que haya una corrección en los precios del cereal. “En este momento, podemos ya analizar con mayor profundidad cómo inició la campaña 2022/23 en el Hemisferio Norte, donde las variedades de trigo de invierno ya están sembradas”, mencionaron.
Tendencias globales
Rusia y la Unión Europea han presentado condiciones climáticas favorables, con lluvias por encima de lo normal en varias regiones productivas. Sin embargo, una amenaza para Rusia son las potenciales sanciones comerciales que impidan la salida de su trigo.
El caso de Ucrania merece una mención especial. La cadena del trigo en el 5º exportador mundial atraviesa una situación muy apremiante mientras en su territorio se suceden enfrentamientos bélicos. El conflicto afecta directamente a la comercialización de la campaña 2021/22, lo que va condicionando el año comercial 2022/23. De las 25,3 millones de toneladas, que Ucrania esperaba exportar en 2021/22, sólo ha despachado 18,2 millones. Faltando tres meses para que inicie la cosecha 2022/21, los stocks de trigo son muy altos: 12 millones de toneladas, superando con creces al consumo doméstico previsto de 1,5 millón.
Ucrania necesita exportar este trigo para liberar espacio de almacenamiento para la campaña entrante, que según ha trascendido, se encuentra en buenas condiciones y no enfrenta riesgos de caída en los rendimientos). La gran limitante a las exportaciones es la interrupción de los embarques marítimos. Exportar por tierra a Europa es 10 veces más lento que por mar.
“No obstante, si se solucionase el conflicto rápidamente y se retomase la actividad en los puertos ucranianos, todas esas toneladas que hoy se encuentran aisladas de los mercados mundiales podrían ingresar rápidamente al mercado, presionando a los precios a la baja”, enfatizaron los analistas.
Al otro lado del Atlántico, Estados Unidos, 4º exportador en la última campaña sufre la falta de agua en sus trigos de invierno. A inicios de abril, el 36% del trigo presentó condiciones de pobres a muy pobres. El porcentaje más alto de los últimos años.
A su vez, apenas el 30% está en condiciones excelentes o buenas, la proporción más baja de la historia para los primeros relevamientos y 10 puntos por debajo del promedio de estimaciones de los operadores. “La sequía provoca que el trigo 2022/23 estadounidense tenga un inicio de campaña muy desalentador. Paralelamente, la siembra del trigo de primavera marcha de acuerdo a lo esperado”, explicaron.
Así, “todo lo que es incógnita del lado de la producción, se disipa cuando se observa la comercialización”. En el frente externo, a principios de abril se registró un volumen récord de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) para una campaña nueva con 5,8 millones de toneladas anotadas. En el frente interno, las compras anotadas ascienden a 1,8 millón, el mayor volumen anticipado para esta fecha del año.
El ritmo de negocios de exportación subió notablemente respecto de anteriores campañas, debido a la coyuntura internacional que sostiene los precios del cereal. Los precios FOB para el trigo 2022/23 argentino durante marzo estuvieron un 58% por encima del promedio en las últimas cuatro campañas.
“Si bien estos precios en términos relativos son altos, no aseguran beneficios para el productor argentino, forzándonos especialmente a seguir la evolución de los fundamentos globales que sostengan o no estos valores en el mercado internacional. Por el momento, el conflicto bélico ruso-ucraniano y la falta de lluvias en EEUU sostienen las cotizaciones mundiales. La volatilidad del mercado global de granos y fertilizantes junto con los desafíos de la macroeconomía argentina en lo referente a importación de insumos claves, las decisiones de política comercial que puedan afectar al mercado interno y la necesidad de una buena recarga de humedad antes de emprender decididamente las labores de siembra son nubarrones que le quitan certidumbre al área a implantarse con trigo de cara al próximo ciclo”, subrayaron.
El papel de India
Por su parte, Dante Romano, profesor del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, resaltó la situación en el país del Norte. Si bien la calidad de cultivos de trigo de Estados Unidos mejoró dos puntos respecto de la semana anterior, está sólo en 32% buena a excelente, una de las peores lecturas en más de 60 años. Esto se produce en medio del parate logístico desde Ucrania y la incertidumbre a su rol como exportador en el futuro.
“Debemos recordar que venimos de un año de baja producción en el Hemisferio Norte, con lo que los stocks/consumo de inicio son muy bajos”, dijo.
La única buena noticia del lado de la oferta es que India marcha a una muy buena producción, y ante la suba de precios, apunta a la exportación de 8 millones de toneladas de trigo este ciclo. “Normalmente, este país -que es de los mayores productores del cereal- lo consume internamente y guarda stocks muy altos del mismo”, apuntó el analista de mercado.
En el escenario local, Romano señaló que de un saldo exportable estimado en 16 millones de toneladas para este ciclo, los compradores ya originaron con precio en firme 15,8 millones por lo que “no hay espacio para que realicen nuevos negocios sin poner en jaque el abastecimiento interno”. Por esto los valores se divorcian del precio internacional, dijo.
Por otro lado, el gobierno autorizó y fomentó el registro de exportaciones para el ciclo 22/23. Los datos de comercialización muestran que ya se llevan compradas 2 millones de toneladas de trigo, de las cuales la mitad es a precio, puntualizó Romano.