El analista agropecuario y presidente del Congreso Maizar 2024, Ignacio Garciarena remarcó que el negocio agropecuario se encuentra en una situación compleja y que el ciclo productivo 2023/24 está terminando con rindes en maíz que para el centro de la provincia de Buenos Aires, este de la Pampa y sur de San Luis son bastantes buenos, excluyendo las regiones afectada por la Chicharrita y la bacteria spiroplasma kunkelii.
En la recta final el maíz da pelea y batalla a la chicharrita
Los estimadores calculan que las pérdidas podrían fluctuar entre 1 a 6 millones de toneladas, en una campaña que podría cerrar en 48 o 55 millones
Según este ingeniero agrónomo, por el momento la enfermedad no se ha detectado todavía en muchas zonas fuertes y maiceras donde se viene avanzado con la cosecha. Sin embargo la preocupación se ha centrado para la campaña 2024/25 cuando por encima de las plagas o enfermedades, se espera una complejidad en los márgenes agrícolas.
“Vemos que los precios no terminan de despegar y los insumos no expresan una tendencia hacia la baja. A todo esto, hay que sumarle los valores de los alquileres de campos, que se mantienen firmes indicando que los márgenes proyectados para la campana que viene sean cada vez más finos”, expresó el analista agregando que no hay una visión inmediata en cuanto a la baja de la inflación y los costos de toda la economía agropecuaria.
Según Garciarena, lo que más afecta al sector son los derechos de exportación y el diferencial del tipo de cambio. “Esto es muy fuerte para nuestro negocio. Notamos que hay intenciones por parte del gobierno de solucionarlo en cuanto la macro economía se acomode, pero no estamos viendo una luz clara que esto pasará en la próxima campaña”.
Por ahora, el sector sigue haciendo lectura de los informes que publican las bolsas de comercios y cereales de nuestro país, que muestran como una baja en las retenciones de trigo (campaña que viene) implicaría - para el Estado- un aumento de la recaudación a partir de otros impuestos de manera indirecta; si esto sucediera.
“Las cadenas productivas entendemos que una reducción en los DEX de trigo y maíz podría ser una clara señal para todo el sector agropecuario”, enfatizó el referente.
Garciarena, habló de lleno sobre la campaña de maíz, que se encuentra en plena cosecha y está generando una diversidad de estimaciones, que son consecuencia del estado de situación que atraviesa Argentina.
“La divergencia no es de sorprender, ya que fue tan abrupta la aparición de esta enfermedad (Chicharrita) y ha sido tan acelerado su efecto en una gran superficie que aún nos estamos sorprendiendo cada vez que la cosechadora entra en el lote”, enfatizó Garciarena.
En realidad, está claro que - por ahora- ni el propio productor puede prever cuanto puede rendir su maíz si tiene sus lotes infectados. “Creemos que las estimaciones son muy complejas. Realmente nos sorprende en pleno momento de cosecha que se tome como normal tanta divergencia de datos entre la secretaria de agricultura, los ministerios, el Usda, las bolsas y otros organismos de relevamiento”.
Clima raro
Esta semana, varios especialistas hablaron de las campañas agrícolas, las consecuencias y compactación de suelos por el exceso de agua. También del manejo de la maquinaria en campos con registros superiores a las 140 milímetros de precipitaciones y el cambio climático como factor que podría estar influyendo en algunas apariciones de plagas.
Desde Maizar, que vienen preparando su congreso anual para el próximo 22 de mayo, indicaron que hay múltiples factores que afectan a la aparición de un insecto vector de enfermedades. Al mismo tiempo, la asociación recomendó más controles basados en un manejo integrado de cada enfermedad.
“Por un lado hay que atacar la diseminación del insecto vector y luego ver qué medidas tomar para su control e incluso para trabajar con materiales de mayor tolerancia a los daños”, señaló el Ing. Ignacio Garciarena anticipando que los semilleros están trabajando muy fuertemente en esta situación que requiere tratar de identificar cuáles son los materiales genéticos y los híbridos que pueden generar tolerancia.
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A su vez, indicaron que con el Senasa se está buscando probar productos insecticidas que puedan ser aprobados para el control de la Chicharrita y el manejo de un abanico de medidas que ayudarían durante la próxima campaña.
“Sabemos que se puede frenar el avance del insecto, evitar contagios y atenuar la enfermedad en las plantas, para que el daño en los maizales no se acreciente”, concluyó.