Ante el escenario de escasas lluvias, el clima obligaría a rectificar las planificaciones de la cosecha gruesa 2024-2025. Al menos así son las perspectivas para el centro norte de la provincia en este ciclo agrícola, según el informe semanal del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA).
Con cierto alivio en el sur, la falta de agua marca el pulso agrícola en Santa Fe
En la región GEA hubo precipitaciones que mejoraron el estado del trigo. Pero hacia el norte, la situación se presenta más compleja
El servicio de estimaciones de la Bolsa de Comercio de Santa Fe indicó que las lluvias registradas fueron dispares e irregulares en esa región. Los factores climáticos regularon el ritmo de las actividades agrícolas. La cosecha de algodón, último cultivo de la campaña gruesa que quedaba por recolectar, alcanzó el 91% del área.
La cosecha mostró en el sector este, el 100 % de avance, un intersemanal de 4 puntos, con un rendimiento promedio de 1.300 - 1.400 kg/ha, mínimos de 600 – 700 kg/ha y máximos de 3.000 a 3.100 kg/ha, proceso finalizado. En el sector oeste exhibió el 90 % de avance, un intersemanal de 10 puntos, con un rendimiento promedio de 1.700 – 1.800 kg/ha, mínimos de 1.200 – 1.250 kg/ha y máximos de 3.200 a 3.500/ha.
Sólo en un pequeño número de lotes se avanzó con la siembra de trigo. Fue muy puntualmente donde se registraron precipitaciones. En el resto del área de estudio, la labor estuvo totalmente paralizada, como consecuencia del bajo contenido de agua útil en los perfiles de suelos. Se detectaron más parcelas con indicadores de déficit hídrico. Hasta la fecha se logró el 90 % del total proyectado, representando aproximadamente 418.500 hectáreas, con trigos de ciclo largo en mayor porcentaje, pero, también se utilizaron semillas de ciclo intermedio.
En el centro norte santafesino se constató menor disponibilidad de agua útil en los primeros 8 a 10 cm de los perfiles de los suelos - cama de siembra – según zona, pero en profundidad, se detectó mayor contenido.
La dinámica de los escenarios ambientales, las particularidades zonales y los múltiples factores actuantes, condicionarían o regularían la toma de decisiones, en la recta final de la cosecha fina 2024, que hasta la fecha marchó bajo óptimos índices, pero, también modificarían y determinarían las planificaciones de la campaña de la cosecha gruesa 2024 – 2025.
El escenario del nuevo ciclo
El secretario de Agricultura de la provincia, Ignacio Mántaras, expresó su preocupación por el escenario de escasez hídrica del centro hacia el norte de Santa Fe. Es más, llamó la atención sobre la compleja situación que atraviesa la ganadería. “Va a ser compleja la salida del inviernos para los campos ganaderos por la sequía”, dijo durante una entrevista con el programa radial La Banda Cambiaria.
De cara a la próxima campaña gruesa, explicó que los problemas que afectaron al trigo durante el anterior ciclo, por la expansión de la chicharrita, volcaron buena parte de la intención de siembra hacia el sorgo, que presenta una alta demanda de semillas.
En el sur de la provincia y la región núcleo sojera y maicera, llegaron algunas lluvias luego de varios pronósticos fallidos. Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), explicó que la mitad este de la región recibió entre 10 y 15 milímetros de precipitación, con algunas zonas en el noroeste de Buenos Aires alcanzando hasta 32 milímetros. “Un antes y un después para el trigo”, aseguró.
Según dijo el especialista, los productores están “muy contentos” con esta lluvia, ya que permite reactivar muchas actividades pendientes, como la fertilización y el uso de herbicidas. “Esta lluvia ha sido muy importante, reactiva muchísimas cosas, toda la parte de fertilización que estaba pendiente en trigo y también pensando en la siembra de maíz”, señaló Russo.
Con esta lluvia, muchos productores podrán pasar agosto con tranquilidad y esperar más precipitaciones a principios de septiembre para continuar impulsando el crecimiento del trigo.
Los registros de la red GEA-BCR indican que localidades como Rojas, Pergamino y Chacabuco se beneficiaron significativamente, con precipitaciones de 32, 30 y 30 milímetros respectivamente. Otros registros incluyen 22 milímetros en Noetinger, 18 milímetros tanto en Pujato como en Rosario, y 16 milímetros en Bigand. Sin embargo, este evento no cubrió toda la región, dejando a Córdoba en gran parte fuera de este alivio. A pesar de ello, las lluvias en el centro-oeste de Buenos Aires y partes del sur de Entre Ríos han sido recibidas con optimismo.
Desde la Bolsa subrayaron que estas lluvias llegaron en un momento crucial para el trigo, el cultivo se deterioraba semana a semana y el 10% estaba en condiciones regulares a malas. Según se informó la semana pasada, julio de 2024 registró menos de un milímetro de lluvia, muy por debajo del promedio histórico de entre 10 y 45 milímetros. La falta de precipitaciones desde marzo había dejado al 10% del trigo en condiciones de regular a malo, poniendo en riesgo la campaña agrícola.
Russo destacó ahora que, aunque no todas las áreas se beneficiaron por igual, más del 50% de la región núcleo recibió lluvias suficientes para mejorar significativamente el estado del trigo. “Esto va a ser un antes y un después para el trigo, que para los que recibieron agua, siguen en carrera de tener una excelente campaña”, concluyó.
Mientras miran al cielo, los productores hacen números y se movilizan. El Consejo Directivo Central de la Federación Agraria Argentina (FAA) convocó al congreso anual ordinario de la entidad el 26 y 27 de septiembre en Rosario. Fue luego de analizar los debates que se dieron en las asambleas zonales realizadas entre el 13 y 20 de julio pasado.
“Los directores analizaron lo que arrojaron las asambleas, que fueron realizadas en tiempos muy complejos para el país, donde los pequeños y medianos productores requerimos tener reglas y señales claras que aporten previsibilidad para poder seguir produciendo, en el marco de un contexto que azota la actividad productiva sin buenas cosechas, con precios internacionales que bajan, inflación en dólares, multiplicidad de los tipos de cambio, aumento de insumos, falta de acceso al crédito y alta presión tributaria”, señaló la conducción federada en un comunicado.
Y agregó: “La mayoría de los pequeños y medianos productores seguimos navegando en una tormenta sin una pista de aterrizaje. Producir, para nosotros, es una forma de vida, no una unidad de negocios, nuestras necesidades no son las mismas que los grandes pooles y actores”.