Las lluvias detuvieron la caída del rinde de trigo. Así lo señalaron los especialistas de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), al subrayar que las precipitaciones superaron ampliamente los pronósticos y los lotes regulares a malos pasaron de un 50% a 25%. Los técnicos concuerdan en indicar que las lluvias llegaron tarde para revertir el daño productivo pero no para frenar la caída de rinde.
Las lluvias detuvieron la caída de rinde del trigo en la región
En la última semana cayeron 60 milímetros, cuando en todo el mes suelen llover 100. Mejoró el estado de los cultivos aunque las precipitaciones llegaron tarde para revertir el daño productivo. Prevén una fuerte suba de la siembra de soja
Lluvias. Una porción importante del área agrícola registra lluvias superiores a lo previsto.
“El cultivo se deterioraba semana a semana y los descuentos en rindes no paraban”, relataron Marina Barletta, Florencia Poeta y Cristián Russo, del servicio de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario. En la región había 650.000 hectáreas de trigo en condiciones regulares a malas, pero, tras las lluvias, se redujeron a 325.000.
Entre el 10 y el 17 de octubre, la región recibió en promedio 60 mm, en un mes que suele dejar 100 mm en 30 días. “Las lluvias fueron ampliamente superadoras a los pronósticos por un frente estacionario que se desplazó muy lentamente”, señalaron los investigadores. El máximo registro fue el de Bigand, con 108,6 mm. En numerosas estaciones meteorológicas del centro de la región núcleo y del sudeste cordobés, los totales marcados en lo que va de octubre alcanzaron de 80 a 90 mm.
Tras la llegada del agua, los lotes regulares a malos pasaron de 50% a 25% del área. Ahora, el 45% está en buen estado y el 30% muy bueno. Pero en las encuestas de esta semana, los técnicos concuerdan en señalar que las lluvias llegaron tarde para revertir el daño al rendimiento. Es que el 70% del cultivo se encuentra en llenado de granos y el 30% en floración. “Hay menos espigas y menor número de granos por metro cuadrado por la falta de agua en momentos claves del cultivo”, explican. De todas formas, las lluvias de esta semana han sido fundamentales para frenar la caída del rinde. Hasta la semana pasada se había descontado un 10% del rinde promedio de la región y 500.000 toneladas del horizonte productivo que se tenía a la siembra (4,9 millones de toneladas).
“A pesar de las lluvias, los rendimientos no serán buenos”, dicen en Viamonte, sudeste de Córdoba. “La muerte de macollos y la falta de hojas en las espigas principales han reducido el potencial de producción”, explican. “Las pérdidas generadas por la falta de agua no se pueden recuperar. Pero tras las lluvias, los trigos han mejorado su condición y han dejado de perder rinde”, dicen técnicos de Bigand y Sancti Spiritu (sur de Santa Fe). Estiman allí, un rinde medio entre 35 a 38 qq/ha. En San Pedro y Baradero (noreste de Buenos Aires) agregan: “el trigo atravesó el periodo crítico sin agua y con temperaturas altas”. En Carlos Pellegrini y Cañada de Gómez (centro sur de Santa Fe) explican que “estas lluvias llegan para el llenado de granos”. Calculan un rinde medio de 30 a 35 qq/ha.
Hace una semana, el 80% de la región estaba en sequía. El mapa actualizado al 16/10 (no tiene en cuenta lluvias del 17/10) muestra que la condición de sequía solo persiste en un 20% de la región núcleo. Según los pronósticos, en los próximos días regresarán las condiciones de inestabilidad y las perturbaciones por el avance de un nuevo sistema frontal.
Pese a la llegada del agua, la siembra maicera sigue presa de la incertidumbre. Faltan por sembrar en la región 730.000 hectáreas, o sea el 44% del área de intención de maíz. Las lluvias de la semana pasada, con acumulados reducidos y localizados en el NO de la región, permitieron sembrar 80.000 ha después de un mes de paralización por falta de agua. Por otra parte, con lluvias abundantes y con condiciones ideales para la siembra, sembrar ahora implicaría posicionar al período crítico del cultivo en las semanas más temidas del verano, esto es pleno enero. “Las lluvias han llegado cuando la ventana de siembra está al límite y esto plantea una incertidumbre para muchos productores, por eso muchos ya han dado por finalizada la siembra de maíz temprano”, aseguraron desde la GEA.
La soja
Con la siembra de maíz aún en duda, la oleaginosa emerge como el cultivo clave esta campaña. Los primeros lotes de soja de primera comenzarán a sembrarse la próxima semana, "apenas la humedad del suelo lo permita", destacan los técnicos de Carlos Pellegrini. Allí, proyectan un aumento del 30% en la superficie sembrada respecto al año anterior".
Los asesores resaltan la importancia de sembrar tan pronto sea posible y extenderla hasta mediados de noviembre. No solo para diversificar riesgos, sino también por cuestiones logísticas. "Este año hay mucha soja para sembrar y debemos evitar un cuello de botella en la cosecha", también advierten en Cañada de Gómez. En Bigand advierten por los efectos de la escasa eficacia de los herbicidas por la sequía, que retrasó los barbechos. Allí, hay expectativa de sembrar hasta un 20% más de soja que el año pasado.