Estando en Perú, el venadense Reinaldo Leuci se encontró que no existían cortes como matambre, vacío y costillas para hacer un asado, y más aún, la calidad de la carne peruana no se parece en nada a la carne argentina. La única carne de calidad, que se importa desde Uruguay, Estados Unidos o Argentina, resultaba muy cara.
Un taller de asado argentino tracciona la venta de carnes premium en Perú
"Entonces pensamos que podíamos producir al estilo argentino, entregando un muy buen producto y en un rango de precio que esté por debajo de la carne importada”, cuenta Leuci, quien viajó a Perú hace cinco años para desarrollar un mercado de venta de ollas y ahora es protagonista de un exitoso emprendimiento, llamado “Fundo Noemiro”.
Hoy cuentan con dos sucursales, una en Lima y otra en Arequipa, donde la gente puede ir a comprar la carne que ellos mismos producen en Perú pero “al estilo argentino”. Para posicionarse, se les ocurrió armar un taller de asado argentino, en el que enseñan sobre cortes, cocina y tradiciones argentinas. “El taller de asado argentino fue nuestro secreto marketinero. Organizamos reuniones semanales, con cupos limitados, y ahí compartimos toda la ceremonia, desde encender el fuego, condimentar, asar, hasta degustar un rico asado. Teníamos que hacer conocer la carne para que la compren y estamos logrando buenos resultados”, confiesa Leuci.
Durante los encuentros, también hay empanadas y guarniciones, y desde hace algunos meses importan vino argentino para acompañar el asado. “Para otros cortes se elaboran recetas y hemos logrado una afinidad con los clientes y consumidores, que nos anima mucho”, afirma.
El empresario santafesino contó que el objetivo que se propusieron es llegar a la gente que quiere comer carne de calidad: “Nuestra carne no se vende en supermercados, ni en las carnicerías, sino en nuestra tienda propia y desde allí apuntamos a ese segmento de mercado”.
Un negocio que crece
Oriundo de Venado Tuerto, Leuci inició el proyecto en 2018 contratando asesores para que lo ayudaran en el proceso de cría y engorde. “Las condiciones no son las mismas que en Argentina, pero demostramos que se puede producir igual, obviamente con otros costos”, afirma.
De hecho, los buenos resultados lo animan a seguir apostando. “Crecemos a un ritmo del 60% año a año. Puede parecer mucho, pero es necesario ubicar a dónde estamos. Lo nuestro es una operación chica y en Perú se come muy poca carne vacuna”, aclara, antes de describir que el pollo, el pescado y el cerdo son las carnes que encabezan la dieta promedio en aquel país. “No hay techo para crecer. En 2016, Perú importaba 3 millones de kilos de carne por año, lo cual son muchos kilos”, resume.
El mercado más grande está en Lima, donde reside el 30% de la población. “En el resto de Perú, ‘en las provincias’ como dicen allá, las costumbres son diferentes, de tradiciones más arraigadas. Y eso incluye menor consumo de carne de res”, dice Leuci, animado por el horizonte que tiene ante sí.
Su título de contador lo lleva a mirar datos oficiales que señalan que en Lima cada persona come alrededor de 8 kilos de carne por año, aunque aclara que puede ser más alto el consumo, porque es un negocio que tiene mucha informalidad. “Perú tiene una buena parte (‘dicen casi 50%’) de su economía de manera informal”, señala.
Sin dudar expresa que “cuando se comparan estos números con lo que se consume en Argentina, aún disminuyendo, la brecha es muy grande. Hay una posibilidad de crecimiento muy grande”.
“El mercado, la cantidad de gente a la que le podemos vender, es numeroso. Y esa misma gente tiene un amplísimo margen para incrementar su consumo per cápita. Ese es el desafío. Si el que consume 4 o 5 kilos por año pasa a consumir 6, el salto es grande. Y la gente está dispuesta a pagar una carne de calidad premium”, afirma el venadense, quien fue a Perú a vender Essen, una de las ollas más caras del mercado, y ahora tiene ese target para otro consumo.
Sabiendo a dónde apunta, afirma: “Nuestro modelo de negocio no es popular. Hablamos de un producto caro y para un segmento que acá en Argentina sería clase media-alta”.
Lo que cuesta, vale
El empresario explica que la cadena que deben respetar no es barata. “Es cierto que nuestro costo de producción es muy caro, notablemente más alto que un kilo de carne normal de Perú”, dice.
Y pone el acento en la calidad y en la sanidad: “En Perú los ganaderos usan la ‘gallinaza’ para terminación, a pesar de que el Código Alimentario peruano, al igual que el argentino, lo tiene prohibido. Dentro de la informalidad pueden hacer eso y así obtienen carne barata. Con lo que un carnicero paga la media res de carne peruana no llego a cubrir el valor del ternero y la comida”, completa.
“Nosotros alimentamos con maíz, con dietas balanceadas y cuidadas. Con un nutricionista de Perú vinimos a Argentina, recorrimos varios feedlot y fuimos trabajando pacientemente para armar una dieta que sea adecuada y sustentable. Básicamente se usa maíz, soja, afrechillo de trigo, heno de alfalfa y avena. Hacemos un engorde de calidad”, remarca.
“Compramos el ternero recién destetado, de 75 kilos, lo llevamos a la finca con todo el protocolo que nos han indicado los profesionales en Argentina. Armamos la dieta y en unos siete u ocho meses sale con aproximadamente 400 kilos, y una carne de muy buena calidad. Trabajamos con animales Holando, Holstein. Muy pocos son cruzas”, indica.
De la finca, los animales van al frigorífico para faena, donde cuentan con despostadores y cortadores propios. Allí la carne se envasa al vacío y hay opción de enfriado o congelado. Luego, el consumidor hace el pedido y se entrega.
Las condiciones del clima en Arequipa, donde está el emprendimiento, son muy especiales. El régimen de lluvia es bajísimo (4 o 5 milímetros por año) y poca amplitud térmica durante los doce meses. La diferencia está entre el día y la noche, pasando de 27 grados a 7 u 8. “Los animales están bajo media sombra para que no sufran ni se estresen y se los cuida para que no los afecte una posible bronquitis. Prestamos especial atención en el primer período del animal”, expresa.
Post pandemia
El titular de Fundo Noemiro contó que también elaboran chorizos y hamburguesas, con recetas argentinas, y cuando la pandemia llegue a su fin saldrán con una campaña ligada al turismo, con la intención de ofrecer tours a Argentina. “Queremos que haya un ida y vuelta, con posibilidades para todos, en el que sumemos la venta de cuchillos, tablas, delantales para asadores y seguir con quesos y embutidos”, se anima.