El sorgo volvió para quedarse. El grano grueso que hace cuatro décadas ocupaba un lugar central en la agricultura argentina, retomó un crecimiento exponencial en las últimas tres campañas, tanto en área sembrada como en producción. Tres factores se conjugaron para ello: mercados, tecnología disponible y una buena respuesta agronómica frente a situaciones climáticas adversas.
El sorgo vuelve al centro de los planteos ganaderos
Además, por su versatilidad y un menor costo de producción comparado con el maíz, el sorgo sigue siendo un aliado clave para los planteos ganaderos. Incluso en campos con aptitud media a baja, donde la variedad forrajera permite lograr una buena transformación de kilos de carne por hectárea. Y más aún en años complejos y con escasas lluvias, como los que se vienen registrando en Argentina.
En la campaña 2020/21 se cosecharon 3,4 millones de toneladas, un 36% más que en el ciclo previo, y la superficie cultivada alcanzó las 950 mil hectáreas, un 26% por encima del año anterior, según los últimos datos que difundió la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Además de la respuesta agronómica, este retorno del sorgo estuvo impulsado por el fortalecimiento de la demanda china, que a su vez recuperó un mercado de futuros para el cultivo, que le otorga previsibilidad al productor. “El furor de estos dos años está asociado a que China comenzó a comprar grano argentino, fue una aspiradora, y estuvo acompañada de un mercado transparente del que participan exportadores de primera línea como Cofco, Amaggi, Gear y ACA”, Francisco Cinque, director comercial de Advanta Semillas, la semillera líder en el rubro, con un 70% del market share en el país. Esta nueva realidad de mercado “le permite al productor programar su cultivo con un año de anticipación sabiendo los márgenes y eso provocó que se multiplicaran las hectáreas sembradas”, agregó.
China domina la demanda mundial de sorgo. De las 11 millones de toneladas que se comercializaron a nivel mundial, 9,8 millones fueron hacia ese destino, según indicó el presidente de la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), Alberto Morelli. El dirigente indicó que en el 2019 el país asiático compró más del 40% de las exportaciones argentinas y un año después acaparó el 80% de los despachos, hasta llegar en 2021 a concentrar el 95% del 1,1 millón de toneladas que el país exportó en esa campaña comercial.
Con semejante nivel de demanda, desde Maizar estiman que en esta campaña 2021/22 se sembrará más de 1,1 millón de hectáreas de sorgo granífero. Sumada a la superficie de sorgo forrajero, la superficie alcanzaría a 1,5 millón de hectáreas.
Esta tendencia va camino a consolidarse por la respuesta que tiene el cultivo frente a situaciones adversas, especialmente en un año en el que ya se avizora una consolidación de la Niña y luego de un 2020 atravesado por la sequía. “El campo estuvo complicado por la falta de lluvias y si no hubiera existido el sorgo, no habría hacienda”, enfatizó.
Marcelo Passon, productor y propietario del establecimiento Los Girasoles, ubicado en Florentino Ameghino, provincia de Buenos Aires. Allí realiza un planteo mixto sobre un predio de 850 hectáreas en campos clase 3 y 4, donde el sorgo es predominante.
Tecnología en campo
En ese campo, en el que se realiza cría, recría y engorde, tuvo lugar la última edición de la TEC (Tecnología en campo) Ganadera 2021 organizada por Advanta. En esta ocasión se mostraron los resultados de un cambio en la estrategia productiva que debió realizar el empresario debido a la falta de agua durante el período crítico del sorgo, que permitieron comprobar la versatilidad del cultivo.
Allí, varios lotes de sorgo que iban para cosecha de grano y silo fueron diferidos en otoño - invierno. “Este año cayeron 100 milímetros menos que el pasado y pegaron en el período crítico del cultivo que es de octubre a marzo pero al utilizar el sorgo diferido para alimentación de las madres, logramos buscarle la vuelta y obtener un buen resultado”, explicó Passon. Y agregó: “El sorgo tiene un gran aporte de biomasa para forraje, a diferencia del maíz, y con poca lluvia pudimos lograr los objetivos”.
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Justamente, esa mejor cobertura y más nivel de biomasa que aporta el sorgo, “deja mejor estructurado a los suelos para los cultivos siguientes”, acotó Cinque. Además, cuenta con una mejor y más eficiente para la absorción de agua, comparado con el maíz.
El sorgo tiene la particularidad de aportar elevadas cantidades de rastrojo que contribuyen a mejorar la cobertura de los suelos y presenta un sistema radicular muy desarrollado y profundo que ayuda a explorar los perfiles. Así, contribuye a mejorar su estructura y sus condiciones físicas, químicas y biológicas, según indican los trabajos realizados por el Inta. Por eso, es vital en las rotaciones.
El lanzamiento de nuevas tecnologías en materia de semillas atrajo a productores de mayor escala hacia el cultivo de sorgo. “Hoy, un productor de punta que antes hacia maíz y no pensaba en sorgo, está destinando un 35% ó 40% de su rotación al cultivo y eso hace que el área crezca a los niveles que estamos viendo”, agregó Cinque.
Advanta lanzó hace cuatro años la tecnología Igrowht (IG), resistente a herbicidas de la familia de las imidazolinonas para enfrentar las malezas. Se trata de un desarrollo que nació en Argentina y se exporta a más de 80 países del mundo. Con este aporte, la empresa no sólo consolidó su liderazgo en el mercado sino que además permitió un reconocimiento del cultivo por parte de los productores argentinos.
“Este año lanzamos el sorgo forrajero Igrowht 2650, un biotipo multicorte que permite frenar el avance de las malezas”, agregó Cinque y señaló que este desarrollo en ciencia y tecnología que viene haciendo la compañía que cumple 25 años en 2021 animó al productor. “Antes dejaba para el sorgo el peor lote y hoy eso está cambiando, el cultivo pasó a ser más competitivo”, agregó.
Esta variedad se lanzó comercialmente al mercado en esta campaña, en la cual lograron vender 70 mil bolsas, pero un año antes se probó con más de 40 productores y demostró “un control muy eficiente de malezas a lo largo del pastoreo“, dijo Cinque. Consideró este avance como un “cambio de paradigma”, a partir del cual el cultivo dejará de estar enfocado exclusivamente a la nutrición animal para hacer un mayor aporte como grano.
Advanta tiene un amplio portfolio de productos donde se destacan la variedad 2450 IG, doble propósito y la ADV 1304 de sorgo granífero de tecnología convencional. En forrajeros, el 2650 lanzado este año, es el protagonista.
La compañía, que forma parte del grupo indio UPL, invirtió en el país u$s 5 millones para modernizar la planta de Venado Tuerto.
Está segunda en el mercado de girasol y trabajan para incursionar fuerte en el de maíz, hacia adonde apuntan los lanzamientos de los próximos años (ver aparte).
De grano a carne
La compañía está presente “en el ciclo completo” de la ganadería, dijo Gaspar Sanchez Cores, analista de marketing de Advanta, durante la presentación de la TEC Ganadera 2021en el establecimiento Los Girasoles de Ameghino.
El objetivo de este encuentro es acompañar a los productores en la búsqueda de soluciones e innovación para su planteo, poniendo el foco, sobre todo, en la sinergia que existe entre los cultivos de maíz y sorgo, especialmente, el uso y alcance de los híbridos en un sistema ganadero, trayendo experiencias reales a campo, que permitan entender la rentabilidad del sistema, sus acciones más eficientes y cómo el cultivo se transforma en kilos de carne por hectárea.
En ese marco, Passon mostró la estrategia de manejo productivo en un año en el que faltó agua. “El sorgo me está agrandando el campo”, dijo sin vueltas, y comentó que la alimentación en base a sorgo de su rodeo le permitió lograr un destete de 234 kilos. “Eso me redituó u$s 60 mil dólares y con eso puedo cubrir todo lo implantado”, señaló.
Passon utilizó los sorgos doble propósito, que generaron mayor producción de materia seca, especialmente el 2450 IG. “Da la oportunidad de comerlo diferido”, dijo el empresario y relató que embolsó 10 silobolsas y con poca agua logró mantener su hacienda “El sorgo diferido tiene un costo de mantenimiento más bajo y permite una ganancia en el peso del animal de 900 gramos diarios”, agregó.
“El sorgo siempre tuvo un rol importante en el sector ganadero y aporta mucha flexibilidad”, agregó Cinque y señaló que en los planteos de ganadería de carne o de leche el sorgo da estabilidad. “Si el maíz de primera falla, se hace más sorgo, se puede cosechar, o picar y dárselo a las vacas” agregó.
La experiencia de Passon en un campo arenoso, que puede producir con altas cargas carne en base a sorgo, es una muestra clara del potencial del cultivo. “Con el sorgo, no venimos a reemplazar al maíz, sino a acompañarlo”, concluyó Cinque.