El sector de ganados y carnes de la Argentina encuentra en la competitividad del tipo de cambio una herramienta mucho más beneficiosa que la reducción o eliminación de las retenciones. Así lo expresó Raúl Milano, gerente ejecutivo del Mercado Ganadero de la Bolsa de Rosario (Rosgan), quien explicó la devaluación que implementó esta semana el gobierno nacional “le permite a los exportadores tener una posición de compra mucho mayor que la que tenían antes”, algo que se notó en el último remate de fin de año de ese mercado, donde aparecieron nuevamente los invernadores tradicionales comprando novillos y novillitos para hacer hotelería en los feedlot con la expectativa de sumar más ventas externas en el corto plazo, y elevando así los precios en la subasta.
"El precio de la carne en breve llegará a su techo"
Por Sandra Cicaré
De todos modos, esta mejora en la competitividad de los ganaderos tiene un límite en su traslado a las góndolas. “Los precios no pueden indefinidamente porque el bolsillo argentino no está en condiciones de pagarlo”. Por lo tanto, avisoró que “el recorrido importante que tuvieron los valores de la carne en este último tiempo, en breve va a estar llegando a un techo”.
¿Qué resultado arrojó el remate de fin de año de Rosgan?
Se remataron más de 12 mil cabezas y hubo un incremento de precios respecto de noviembre, de entre 64% y el 87% por el corrimiento inflacionario. Sin embargo, este es un sector que se mueve con componentes distintos al resto que nunca sabemos por qué aumentan tanto. Por un lado, hay una escasa oferta para fin de año y la invernada empieza a faltar y hay una escasa oferta. Por la sequía todo se vendió previamente y llegamos a una situación complicada. Las lluvias que llegaron ayudaron y empezaron a aparecer los invernadores tradicionales, más allá del feedlot. Esto es un dato importante porque son un actor que le pone un plus de precios a la hacienda. Hacía casi un año y pico que habían desaparecido. Hubo valores por arriba de los $ 2.100 promedio para terneros. Por otro lado, está el componente de política internacional y de cambio de gobierno, que ayudaron a un corrimiento de precios. Hoy la devaluación del dólar oficial al rango de $820 les permite a los exportadores tener una posición de compra mucho mayor que la que tenían antes y eso se notó claramente en la compra de novillos y novillitos para hacer hotelería en feedlot, porque se va a exportar mucho más. Se está comprado mucho para acelerar esto.
Hay versiones de que se subirían las retenciones al sector ¿Esto licuaría la suba del tipo de cambio?
Siempre el objetivo de los sectores vinculados al campo es que no existan las retenciones o que sean mucho más moderadas que las actuales. Hoy la soja paga 33%. Brasil, Paraguay y Uruguay crecen porque tienen retenciones cero. Ahí el Estado no se lleva nada y todo queda en manos de los productores que son los que invierten y meten más tecnología. Por esa situación Argentina estuvo tan estancada más allá del problema de la sequía. Sin embargo, sería relativamente entendible que el nuevo gobierno diga «si te doy un incremento de casi el 100% del dólar oficial, te sigo dejando las retenciones por un tiempo y que el campo siga siendo el gran contribuyente para el equilibrio macroeconómico argentino». Pero también el gobierno va a tener que ver que es imposible mantener las retenciones en forma permanente porque Argentina no puede ser el único país de la región que castiga a la exportación que tantos dólares aporta al equilibrio macroeconómico.
Y en el sector de las carnes ¿Cómo impactaría una suba de retenciones?
Del 9% que pagaban los cortes se aumentaría a 15%. Este incremento parecería ir ser un contrasentido respecto de lo que uno imaginaba y que era que habría una reducción de la retenciones. Pero seguramente el gobierno se sentará y dirá “les di un aumento del 100% del dólar, hagan un esfuerzo y colaboren con esto”. Hay que decir que hoy la carne en Argentina está competitiva, algo que no ocurría hasta hace un mes y medio atrás. Esta modificación del dólar, que pasó de $400 a $800, realmente le da una posición competitiva, porque el ganado argentino era el más caro en la región, por encima de Brasil, Uruguay y Paraguay.
Entonces es mejor tener un tipo de cambio competitivo con retenciones, que eliminarlas.
Sin lugar a dudas. Lo peor que pasó en todo este período previo que terminó es que había retenciones y un desdoblamiento cambiario, con una diferencia entre el dólar oficial y el blue de entre 100% y 170%. Eso es una barbaridad. Que hoy se mueva el tipo de cambio le da a la carne la competitividad que naturalmente necesitan las empresas. Hasta hace un mes la industria frigorífica seguía exportando pero perdiendo plata, porque el volumen y las plantas no se podían parar. Esta devaluación les da un respiro. Con lo cual, siempre cuando la paridad cambiaria se corrige - ojalá alguna vez se termine el cepo_ ayuda muchísimo porque sos competitivo naturalmente. La Argentina tiene una competitividad maravillosa. Brasil no tiene retenciones del 33% para la soja y aún así nosotros seguimos exportando y somos productivos. Esto habla de que el productor y el campo argentino son maravillosos. Pero también se le van quitando los componentes que lo hacen competitivo respecto de los demás países. Esto explica, por ejemplo que Brasil aumentó a más del doble el stock ganadero, y hoy es el gran productor mundial de soja y de carne. Porque al productor no le están metiendo una mano siempre en el bolsillo y puede trabajar tranquilamente.
¿Cómo quedarán los precios en el mercado interno?
Frente a este corrimiento de todos los precios _ en el Mercado de Cañuelas se recuperaron mucho los valores _ uno se pregunta si podrán seguir permanentemente hacia arriba o tendrán algún limite. Hay que pensar que el 70% de la faena de Argentina es consumo y el 30%, exportación. Que hoy este último sector tenga valores más competitivos y un poder de compra es bueno. Pero ¿el consumo y el bolsillo de la Argentina está en condiciones de seguir soportando sus precios? Sin dudas que no. Se hablaba en los últimos días de que el kilo de carne podría llegar hasta 25 mil pesos. Es una locura. No puede llegar a ese valor porque nadie lo puede sostener, menos aún el bolsillo de un sector que ha sufrido un golpe tremendo como el asalariado o trabajadores independientes que tuvieron una pérdida de ingresos muy grande por la inflación. Esto indicaría que va a haber limitaciones de este crecimiento permanente de los precios de la hacienda.
Es decir, lo va a regular el mercado ya que no hay más acuerdos de precios.
Sin dudas. La ganadería y la carne son mercados de competencias perfecta. Hay decenas de miles de oferentes y de compradores. No hay posición dominante como ocurre con el combustible, las cubiertas, el aluminio o varios otros sectores. La carne es oferta contra demanda. Cuando hay mucha oferta, el precio baja y es lo que estuvo ocurriendo durante un gran período de tiempo por la sequía. En ese momento no había pasturas, no se podía retener hacienda y se vendía. Eso ahora terminó, hay lluvias y empezó un proceso de retención. Entonces, en este momento lo que está ocurriendo es que hay menor oferta que hace tres o cuatro meses o un año atrás. Todo eso indicaría que, en un sistema de competencia perfecta, los precios tendrían que tener una corrección. Pero tampoco pueden llegar al cielo porque el bolsillo argentino no está en condiciones de pagarlo. Avizoro que la carne tuvo un recorrido muy importante en este tiempo y me parece que en breve va a estar llegando a un techo.