El área sembrada con maíz en el noreste argentino abarca aproximadamente 1 millón de hectáreas. Sin embargo, las brechas de rendimiento en este cultivo son elevadas, con diferencias de hasta un 60% entre el potencial productivo y el alcanzado.
Maíz: en el norte, la elección del genotipo es clave para sumar rendimientos
En el último informe de la Red de Maíz NEA (RMN), que coordinan la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y el Inta, presentaron los resultados sobre la evaluación de más de 20 híbridos en 12 localidades del NEA. Se trata de información clave para la toma de decisiones en esta campaña, relevada en sistemas de producción reales del centro-norte de Santa Fe, Santiago del Estero y Chaco.
Apuntar a la genética según el ambiente para optimizar la producción
Andrés Madias, coordinador Técnico en Sistema Chacras de Aapresid y coordinador de la RMN, comentó los resultados de los ensayos, que fueron sembrados entre la segunda quincena de diciembre '20 y primera quincena de enero '21. “El híbrido y su interacción con el ambiente explican, según la zona y la campaña, entre un 5 y un 15% de la variación del rendimiento, con lo cual la elección del híbrido es una herramienta clave para optimizar la producción”, afirmó.
El rendimiento promedio de toda la red fue de 7500 kg/ha y dentro de cada sub-zona -Centro (San Martín, Campo Largo y Mesón de Fierro), Oeste (Sachayoj y Cejoslao) y Sur (Bandera, Juries, Tostado y Reconquista)-, se destacaron genotipos específicos.
Elección del híbrido según el momento de cosecha
En cosechas tempranas, es importante elegir un genotipo que presente baja humedad a la cosecha. Por ejemplo, “si se piensa cosechar a mediados de junio para sembrar un cultivo de servicio, la elección del genotipo será una práctica relevante”, señaló Madias.
Por otra parte, para cosechas tardías, “generalmente todos los materiales terminan con la misma humedad, sin embargo, allí adquieren mayor importancia características agronómicas como comportamiento de los genotipos frente a vuelco y a quebrado, ya que el cultivo permanecerá muchos meses expuesto en el lote a vientos, lluvias, etc.”, explicó el profesional.
Comportamiento sanitario
La Red monitorea y evalúa principalmente enfermedades foliares y tienen previstos ensayos con fungicidas para las próximas campañas. El foco está puesto en Tizón Foliar del maíz, para el cual en la última campaña no se observaron daños severos en la mayoría de los sitios, excepto en la región de Cejoslao donde se registró mayor grado de afección de plantas con diferencias de comportamiento entre genotipos.
En lo referido a Spiroplasma o “achaparramiento” -enfermedad bacteriana que se transmite al maíz a través de la chicharrita Dalbulus maidis-, Madías indicó que “esta última campaña no fue muy problemática dentro de la red, salvo en algún sitio como la localidad de San Martín donde en fechas tardías se vio incidencia y severidad más elevada que el resto”, observándose genotipos de mejor comportamiento.