“No era un buen momento para avanzar con un dólar soja, sí para el maíz porque había mucho dando vueltas por la cosecha tardía”, señaló Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, al analizar la decisión del gobierno nacional de incorporar al cereal en la nueva edición del régimen del dólar agro. La medida atrajo las ventas, en un momento en que los precios no estaban en su mejor momento. “Cuando se concretó la medida nos encontramos con un incremento de precio del maíz importante y una adopción de parte del productor agropecuario muy interesante”, resaltó el analista, quien de todos modos aclaró que la medida “también generando mucho tironeo con el sector del consumo de maíz”. En ese sentido, alertó sobre la política de generar sucesivos regímenes de tipo de cambio difrencial. “Termina generando tener siempre la expectativa de que aparezca un dólar agro para salir a vender las existencias que van quedando”, advirtió.
"El dólar agro tuvo una adopción muy interesante por parte del productor agropecuario"
-El gobierno espera el ingreso de unos u$s 2.000 millones por el dólar maíz. ¿Es un cálculo realista?
-La medida es hasta el 31 de agosto y se produce en momento en el cual se está generalizando la cosecha de maíz tardío, que es lo último que termina entrando y es un producto que generalmente el hombre de campo vende más activamente. Normalmente se guarda más la soja mientras que el maíz se vende mucho más rápido. Esto ayudó a que en las primeras ruedas de operatoria se hicieran volúmenes realmente interesantes. Estimamos que terminamos la primera semana por encima de las 2,5 millones de toneladas de maíz con precio y se necesitan unas 5 millones para llegar a los niveles que se apuntaron como objetivo. Con lo cual el ritmo es promisorio. Es un cultivo que el productor agropecuario tiende a vender en cosecha. Los valores, que habían estado por momentos arriba de los u$s 220 por tonelada, habían caído fuerte. El precio no lo estaba dejando muy bien acomodado al productor agropecuario pero ahora se está operando en alrededor de 68.000 pesos. Teniendo en cuenta que se está liquidando a este tipo de cambio diferencial de 340 pesos, cuando el oficial está en 265 cuando uno toma la diferencia y dividís 68.000 pesos por el tipo oficial, queda en torno a los u$s 220 ó u$s 225 dólares, lo que vuelve a poner el precio en una ecuación interesante en términos de rentabilidad. La cuestión acá es cobrar en pesos y ver si hay margen para convertirlos en dólares, pagando cuentas pendientes o comprando insumos para la campaña próxima, o a través de alguna herramienta financiera que generalmente el sector es un poco reacio a tomarla. La evidencia es que a la parte de producción agropecuaria le termina generando una recuperación de rentabilidad que medio que se daba por perdida. El inconveniente es cómo pega esto hacia adelante en el consumo. En los compradores de maíz para convertirlo en carne.
- ¿Esto explica la fuerte resistencia que manifestaron las entidades y las Bolsas, a pesar de que el productor salió masivamente a vender?
-Creo que tiene que ver principalmente con esta cuestión del impacto en el consumo. Independientemente de eso, la aplicación del dólar agro a la soja, que ya fue instrumentada en 3 oportunidades, empezó a desdibujar los precios y los mercados dentro del ambiente del comercio de granos. En muchos casos, lo que venía pasando en el caso de productores más sofisticados o de otros actores de la cadena comercial es que se generan ventas a este precio en torno a los 220 dólares y se compran posiciones a futuro en valores más cercanos a los 180/190 dólares. Incluso, muchas veces se recompra mercadería de la campaña próxima y después, como el tipo de cambio especial es sólo por un mes, cuando se termina el valor de recompra termina quedando muy bajo con respecto al valor de venta. Como este círculo que estamos describiendo se termina de cerrar recomprando el maíz en forma física, lo que empieza a pasar es que los precios se terminan distorsionando más allá del período de este lapso de 30 días que podría tener la medida. Para hacer una historia corta, lo que termina ocurriendo es que posteriormente se empiezan a generar mercados en los que se pagan precios un poco más altos con volúmenes relativamente bajos porque es lo que va quedando después de dólar agro. Esto crea una diferencia muy grande entre los valores que están dispuestos a pagar los exportadores o los consumos teniendo en cuenta lo que son las capacidades de pago, y los precios que en definitiva se terminan cerrando en el mercado por volúmenes más chicos atados a esta operatoria. Eso termina generando una ensalada. Cuando perdemos esos puntos de referencia termina siendo negativo para todos.
>> Leer más: Incorporan al maíz y la cebada cervecera al dólar agro de $340
-¿Por qué se eligió esta vez el el maíz y no se optó por la tradición del dólar soja? ¿Por una cuestión de existencias?
-En general sí. La producción de soja terminó siendo de 21.000.000 de toneladas. Esperábamos inicialmente más de 40 millones. Con el dólar agro 3 se avanzó bastante firme en lo que es la comercialización de soja. De hecho llegamos a estar en porcentaje de ventas en un nivel mayor al que habitualmente tenemos en esta época del año. El porcentaje que normalmente vende el productor ya está cubierto. Esto o quiere decir que dentro de dos o tres meses ocurra lo mismo porque habitualmente la venta de soja va siendo paulatina a medida que va corriendo el año. Cuando estas medidas se toman lo que suele pasar es que se acelera la venta en un periodo determinado y después se frenan. No era un buen momento para avanzar con un dólar soja, era un momento oportuno para el maíz porque había mucho dando vueltas por la cosecha de maíz tardío. No descarto que dentro de unos meses si la comercialización de soja se sigue demorando y el gobierno sigue necesitando ingreso de divisas aparezca alguna nueva versión para la soja. Esta es otra cuestión. Estos dólares especiales termina generando tener siempre la expectativa de que aparezca un dólar agro para salir a vender las existencias que van quedando.
>> Leer más: El dólar agro acelera las ventas de maíz
-¿Qué escenario de precios estás viendo para los granos?
-La soja que se terminó de cosechar hace unos meses se está divorciando mucho de lo que pasa en el mercado internacional porque, al tener muy poca producción loca, los compradores terminanr generando que se le ponga precio a de Argentina para poder moler y exportar subproductos. Esto nos despeja un poco del mercado internacional. No totalmente porque cuando el precio del poroto en Argentina se va muy para arriba comienza a ser económicamente rentable traer soja desde otros países, fundamentalmente de Brasil, donde la producción ha sido muy buena y los precios están bajos. Los niveles en los cuales estamos operando en estos momentos, en entorno a 360/370 dólares parecen valores del techo. Hacia abajo, está el punto en el cual el productor argentino no vende y las industrias necesitan seguir teniendo materia prima para moler. De acá hasta fin de año creemos que va a haber un mercado bastante tranquilo, muy planchado y un divorcio del resto del mundo. La preocupación viene más pensando en la campaña 23/24, que se va a sembrar recién en octubre y noviembre. Los precios que se están observando para la campaña nueva en un punto empezaron relativamente altos, en torno a 350 dólares, después fueron bajando estuvieron más cerca de los 320. Todo esto muy atado a lo del clima. Hubo algún rebote que permitió volver a tomar valores interesantes pero se ve con preocupación que si las cosas salen bien productivamente en Estados Unidos, los niveles de precio deberían estar más abajo. También Brasil va hacer una apuesta productiva más fuerte, inclusive que el año pasado y, en nuestro caso, deberíamos volver a los niveles de producción que no pudimos tener por clima el año pasado y que clima mediante, deberíamos tener más de 40.000.000 de toneladas en la campaña próxima. Y la demanda está tranquila, no cae pero tampoco crece como venía pasando hace 5 ó 6 años atrás. Las importaciones de China están más frenadas. Por suerte los insumos fueron bajando algo y un poco ayudaron a que esta ecuación sea positiva. Pero también está dando vueltas todo esto del impuesto a las importaciones que, por lo que sabemos hasta ahora, se le aplica a los insumos. Esto junto, con otras medidas que generan mucha incertidumbre, están haciendo que hoy por hoy los vendedores estén prácticamente retirados y tratando de ver cuál es el valor de reposición de los fertilizantes y , agroquímicos. Ojo que en septiembre, faltan dos meses nada más, tendríamos que estar sembrando maíz. Está con mucha mucha sensibilidad todo esto que está pasando. En materia de precios, el caso del maíz es similar al de la soja, debido a que en Estados Unidos también tiene apuesta productiva muy grande. Brasil tuvo una campaña realmente increíble este año. Pensamos que el añouizás no esté en niveles de productividad tan altos, pero de todas formas tendrá un nivel de producción interesante. Argentina, recomponiendo la producción, podría generar un stock importante de mercadería. De hecho, hace 15 días estamos con valores de maíz nuevo en Argentina que tenía a los productores muy preocupados porque ya nos íbamos a números negativos. Realmente había una gran preocupación. De la mano de la situación de Rusia-Ucrania, al cortarse el corredor humanitario, y alguna ayudita climática de Estados Unidos, más este dólar agro, hubo posibilidad de cerrar precios que eran bastante esperados por los productores y esto trajo un poquito más de tranquilidad. Pero todos los factores que generaron estas subas son más bien coyunturales. Estructuralmente ,está para ver precios más bajos y esto podría llegar a generar números muy complejos de manejar para el productor agropecuario. Por eso es que creo que es importante aprovechar estos momentos de volatilidad para ir por lo menos cerrando lo que son los costos de producción.