El clima no da tregua en la región núcleo y con el escenario más seco de los últimos 15 años las estimaciones apuntan a que la siembra de trigo caería. Sin embargo, aún no se pierden las esperanzas de que las recientes lluvias renueven las expectativas de siembra para el nuevo ciclo. En este marco, los ingenieros agrónomos trabajan junto a los productores agropecuarios para definir los planteos.
El trigo y el agua en la región núcleo
Por Patricia Martino
Desde la Guía Estratégica para el Agro (GEA) explicaron que la campaña arranca con un escenario más seco que el de mayo de 2009. “Tras el agua, la caída en las intenciones de siembra de trigo que estaban en torno de una caída del 50% hace una semana, pasan a estar ahora en un 25% de reducción”, advirtieron desde la entidad. Y destacaron que “los productores se volvieron a entusiasmar” ya que “están muy necesitados y el trigo generaría un ingreso puente hasta la próxima cosecha gruesa”.
La ingeniera agrónoma Florencia Poeta, analista de Bolsa, repasó cómo está finalizando la campaña 2022/23 para luego analizar lo que se viene. “No es ninguna novedad que la campaña gruesa está terminando muy mal. Fue una campaña inédita desde el punto de vista de pérdidas a nivel de producción y también de hectáreas sembradas”, indicó en una entrevista realizada por Agrovisión Profesional, la revista del colegio de ingenieros agrónomos de Santa Fe.
La doctora en ciencias agrarias reconoció que “la zona más afectada del país por la sequía fue la zona núcleo.”. Por eso explicó que desde GEA realizaron un nuevo recorte de producción en zonas núcleo. “Vamos a terminar con un 20% de lo que esperamos producir en inicio de campaña”. resaltó.
Un escenario inédito
En un “fenómeno inédito”, los tres cultivos estuvieran afectados de manera muy significativa: el trigo, el maíz y la soja. “Generalmente siempre cuando a uno le va mal el otro compensa, pero no fue así. Ahora de cara a la nueva campaña fina todos esperábamos que este panorama de sequía se revirtiera”, indicó la analista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Poeta recordó que en la zona central es clave recargar perfiles para la siembra fina durante el otoño: marzo, abril y mayo y explicó la particular situación de estos meses en este 2023. “En marzo tuvimos una buena recarga, en general en gran parte se alcanzaron las medias estadísticas, pero en abril fue muy malo”, relató.
En ese sentido, la analista de GEA explicó que hoy se está frente a una etapa de neutralidad. “Los fenómenos regionales son los que están fallando. Tenemos un centro de alta presión que está impidiendo que se materialicen las lluvias y estamos lidiando con esto. Tenemos los perfiles muy descargados, las reservas hídricas son peor que el año pasado a inicio de campaña fina. Si tuviéramos buena cantidad de agua en los perfiles la intención de siembra sería récord, porque el productor requiere y necesita sembrar para poder hacerse de pesos en el medio de todo el ciclo agrícola, porque quedó muy mal la campaña pasada. Ya es una necesidad real financiera y a su vez para cumplir la rotación que desde el punto de vista agronómico es muy importante y el productor mientras puede trata de incorporar gramíneas en la rotación”, reseñó.
Panorama regional
Sobre las últimas precipitaciones la analista dijo que reactivaron el entusiasmo y la intención del productor, pero aclaró que todavía esos milímetros no alcanzan para poder tener una siembra segura en esta zona. La región es diferente a como funciona el trigo, por ejemplo, del sudeste de Buenos Aires, que en la etapa invernal tiene probabilidades de contar con más lluvia. “En esta zona en la que el invierno es seco necesitamos contar con una muy buena recarga de inicio de campaña de la fina para que el cultivo se independice de la lluvia. Hay una alta correlación del agua a inicio de campaña con el rendimiento final del cultivo de trigo en particular porque no tenemos lluvia después durante el invierno”, señaló.
Para Poeta ese pequeño margen que existe mientras termina mayo puede acomodar el escenario de alguna forma y que las perspectivas de siembra mejoren. “Puntualmente en los lugares como Rosario que casi alcanzó la media estadística de mayo, probablemente si se produce algún otro fenómeno disruptivo a escala regional podría llegar a acercarse a valores cercanos a los requeridos. Sin embargo, siempre hablando del metro de profundidad, está muy seco a los 2 metros, seguimos necesitamos 100 milímetros más o menos”, reseño.
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“Deberíamos pasar todo este periodo, después a partir de primavera-verano hay altas probabilidades de un Niño, el calentamiento en el Pacífico se está dando. En nuestra zona el efecto de estos forzantes a escala global, ya sea Niño o Niña, el efecto sobre la lluvia se va a dar a partir de primavera-verano, particularmente verano, no en invierno. En invierno estos forzantes no tienen influencia. Por eso esperamos que el panorama se revierta a partir de la siembra de gruesa”, vaticinó la analista.
Práctica agronómica
Mientras tanto, en el marco de la campaña fina Poeta recomendó que lo fundamental es ver cuánta agua tiene el perfil a través de análisis de agua útil. “Hay estudios que dicen que a partir de un 60% de agua útil en el perfil a los 2 metros de profundidad la probabilidad de que el cultivo experimente un estrés hídrico durante el ciclo es mínimo, por lo cual el efecto sobre el rendimiento final sería mínimo. Desde el punto de vista totalmente teórico y profesional esa sería la primera recomendación. Segundo, mantener un buen control de malezas, ya que ahí tendríamos pérdidas también de agua, a través del consumo de las malezas”, precisó.
También indicó que muchos productores agropecuarios que tienen agua limitada están optando por hacer un cultivo de cobertura. “A partir de un trigo, por ejemplo, se puede llegar a especular para grano, pero la idea sería a fin de agosto evaluar cómo viene la evolución de ese cultivo y definir si se fertiliza y o se corta el ciclo y se lo se lo utiliza para cultivo de cobertura. El cultivo de cobertura tiene muchos beneficios del punto de vista de la situación física del suelo como también de la dinámica del agua en el sistema. Es algo a largo plazo, pero siempre es beneficioso. Hay que evaluarlo bien, pero como este año la intención es sembrar trigo, lo que están proponiendo los agrónomos es eso. Si el agua es limitante comenzar con cultivo con muy baja tecnología y valuar más adelante”, destacó.
La fecha límite para definir la siembra de trigo con destino grano es hasta mediado de julio, pero, tomando en cuenta las muy bajas probabilidad de que se produzcan lluvias de consideración durante este periodo “lo que pase hasta los primeros días de junio va a ser decisivo”.