El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) compartió algunos resultados del proyecto de investigación que promueve una manejo para mejorar la eficiencia de la producción de carne con menores emisiones de GEI -Gas de Efecto Invernadero- por unidad de producto ("intensidad de emisiones": GEI/kg carne).
Comparten la receta para producir carne de calidad y con baja emisión de metano
Foto Celina Mutti Lovera / Archivo La Capital
La suplementación invernal en pastoreo permitió reducir la intensidad de emisiones de metano sin alterar la calidad.
Foto Marcelo Bustamante / Archivo La Capital
Ganadería.
El proyecto, titulado “Reducción de la intensidad de emisiones de metano y su impacto sobre la calidad de carne vacuna de sistemas de producción de base pastoril”, estuvo a cargo de investigadores pertenecientes al grupo de Nutrición y Metabolismo Animal del Inta Balcarce y docentes-investigadores de las Facultades de Ciencias Veterinarias y Ciencias Exactas de la UNICEN, bajo la coordinación de los Ingenieros Agrónomos Horacio Gonda y Patricia Ricci. El financiamiento estuvo a cargo del IPCVA.
El proyecto evaluó el uso de la suplementación de novillos de carne en 2 momentos de la recría, al inicio de un destete anticipado a corral y durante el pastoreo invernal de pasturas de alta calidad. El objetivo fue elegir la mejor combinación que demuestre un mejor desempeño productivo, características de la res y calidad de carne. Y a su vez, menores emisiones de GEI por unidad de producto.
Los bovinos por naturaleza generan GEI como parte del proceso digestivo y a partir de sus excretas. Estas emisiones se encuentran relacionadas a las pérdidas de energía consumida por el animal que no es utilizada por el organismo. Por lo tanto, todas las medidas que busquen la mejora en la producción para disminuir las emisiones al ambiente no sólo van a reducir la contribución de GEI por parte de la ganadería, sino que también van a mejorar la eficiencia en el índice de conversión del alimento en producto (carne, leche, fibra).
En este sentido, el manejo de la calidad y cantidad de alimento que consumen los animales es una de las principales herramientas para mejorar la eficiencia de producción y la calidad del producto. Lo que permite acortar el tiempo necesario para alcanzar los objetivos de crecimiento y engorde planteados.
El experimento se realizó con 40 terneros Aberdeen Angus, 20 de ellos fueron destetados a los 140 días de edad y alimentados a corral durante 60 días con una dieta a base de grano de maíz, expeller de soja y ensilaje de planta entera de maíz. Una vez finalizado este periodo, estos novillitos se juntaron con los 20 restantes que permanecieron al pie de la madre hasta los 210 días de edad y ambos grupos fueron recriados en pasturas de alfalfa y festuca, asignada en franjas de 3 días con alta carga animal.
En los meses de invierno, se realizó una combinación de tratamientos de alimentación temprana y suplementación invernal en pastoreo. La mitad de los animales destetados anticipadamente y la mitad que permaneció al pie de la madre fueron suplementados individualmente durante 90 días con grano de maíz molido al 1% del PV, mientras que la mitad restante permaneció en pastoreo sin suplementación. Finalizada esta etapa, todos los novillos continuaron pastoreando las mismas pasturas hasta alcanzar los 300 kg de peso vivo, para ser luego alimentados durante 110 días con una dieta a base de grano de maíz, donde los animales alcanzaron en promedio un peso de faena de 422 kg.
Los experimentos realizados demostraron que, si bien la suplementación en etapa temprana no tuvo ventajas a largo plazo, la suplementación invernal en pastoreo sí permitió reducir significativamente la intensidad de emisiones de metano sin alterar el peso final de faena ni la calidad tanto de la carcasa como de la carne producida.
Para todos los tratamientos, se observaron altos rendimientos de res (57,5%), óptimo nivel de engrasamiento de res (9,4 cm) y buenos valores de terneza, que junto al color de la carne y de la grasa es uno de los parámetros de calidad de la carne más buscados por el consumidor.
En este sentido y contribuyendo de forma positiva a la calidad de la carne, tanto el color de la carne como el de la grasa subcutánea fueron similares entre los tratamientos y no se encontraron cortes oscuros ni colores de grasa amarillentos que son rechazados por el consumidor.
"Este es un caso concreto de avances en la generación de conocimiento científico en Argentina para su potencial aplicación práctica en sistemas ganaderos comerciales", destacaron desde el IPCVA. "El manejo correcto de la calidad y cantidad de alimento que consumen los animales es una de las principales herramientas para mejorar la eficiencia de producción y la calidad del producto. Llegar al consumidor con el producto que más quiere y que es amigable con el medioambiente", destacaron.